“Nadie nos prepara para esto”. Ese esto al que se refería el pianista es todo lo que gira en torno a la actividad musical y de lo que ella depende. Todas aquellas obligaciones crecientes que exige la construcción de una “marca” personal para poder salir adelante en un entorno musical tan precario, “pero a la vez hipercompetitivo”, como es el del jazz en España. Parte de esa “misión imposible” y sus consecuencias para la salud mental y la creación artística las desgranó el madrileño Moisés P. Sánchez la mañana del 6 de julio en Hibridalab, Centro de Innovación Abierta y Transferencia Creativa de Álava, con sede en Vitoria-Gasteiz.