Es probablemente uno de los conceptos más discutidos y subjetivos, ahora también el ideal sobre el que gravita el nuevo trabajo de Ambrose Akinmusire: la belleza. No significa lo mismo para todo el mundo, pero para el trompetista es el centro de todas las cosas. La belleza entendida a la manera en que lo hacen Wadada Leo Smith, Roscoe Mitchell o Bill Frisell, según explica el estadounidense en una conversación con el crítico y divulgador Nate Chinen.
Beauty is Enough es tanto un propósito como una advertencia frente a las trampas y peligros del ego. Es también el título para su primer solo, grabado en una iglesia parisina del siglo XVI. La majestuosidad impone y el silencio invita a la introspección. Perfecto para el propósito del músico, porque lo primero atenúa el ego y lo segundo facilita la exploración del yo más sincero.
